Con la llegada del verano, y de las vacaciones, a la mayoría de los aficionados al running se les presenta el dilema anual típico de estas fechas: ¿seguir entrenando como siempre?, ¿tomarse un respiro y dejar el running un poco de lado?, ¿aprovechar para seguir activos haciendo cosas diferentes a las habituales?
Por un lado están los que siguen con sus entrenamientos como hacen el resto del año, a veces haciendo malabares para ajustarlos a la vacaciones, las altas temperaturas, los viajes, etc… De una forma u otra al final cumplen con su planning y sus kilómetros semanales como unos campeones.
Por otra parte están los que aprovechan estás fechas para modificar un poco, o un mucho, su rutina habitual. Están los que se lo toman como un periodo de descanso total y absoluto alejado de competiciones, preparación para carreras e incluso de cualquier tipo de entrenamiento. Si, créetelo, cuesta asimilarlo pero… ¡hay runners que en verano no corren nada de nada!.