Lesiones de corredor

Las ventajas de correr son ampliamente conocidas por todos. Son muchas y quizás por eso se dice que el running “engancha”. Te hace mejorar tu forma física, te sirve para liberar estrés y para desconectar, el ver que vas mejorando te motiva para intentar superarte a ti mismo, te permite conocer a gente que comparte tu afición, etc…

Todo esto es cierto, aunque frente a esta lista de “pros” -y como pasa con la mayoría de las cosas- existe un lado oscuro que en este caso tiene la forma de lesiones y que más tarde o más temprano por desgracia nos toca sufrir a todos, o casi todos, los corredores. ¿Conoces a algún afortunado runner que nunca se haya lesionado?

Lo importante es afrontar las lesiones sabiendo que requieren sus tiempo y que saltarse los plazos de recuperación puede ser contraproducente. Estos 4 simples consejos pueden ser un buen punto de partida para sobrellevar mejor una lesión:

El médico y/o el fisio son tus mejores amigos

Esto podría parecer que es algo obvio, ya que si sufres una lesión, lo lógico sería ir en primer lugar al médico (o mínimo a un fisio si parece que es algo leve) para que viera el alcance de la misma, si hay que hacer alguna prueba especial, que implicaciones tiene, que la ha podido motivar, etc… ¿no?

Pues parece que no es tan obvio, porque en muchas ocasiones nos resistimos a ir y simplemente dejamos que se cure sola. Puede que al final esto acabe pasando y nos recuperemos por nuestra cuenta, pero no cuesta nada consultar con un especialista que pueda valorar realmente que es lo que ha pasado y que nos aconseje que hacer para curarnos como es debido.

Por cierto, no es una mala idea ir a un fisio de vez en cuando aunque no estemos lesionados, simplemente a modo de prevención.

Repite conmigo… NO me agobiaré

Es curioso ver como inconscientemente, hay veces que tras lesionarnos, lo que más nos preocupa son los entrenamientos/carreras que nos vamos a tener que perder en lugar de lo que realmente importa: nuestra salud.

EL intentar correr antes de tiempo puede hacer que la lesión se agrave. Ten paciencia y espera a estar recuperado

Vale, puede que ya estuvieras inscrito a alguna carrera y pierdas el dinero de la inscripción, o que te tengas que perder alguna quedada con tus compañeros de entrenamiento… pero esos son problemas menores y si lo piensas fríamente, es bastante absurdo agobiarte por cosas así.

Es cierto que es duro ver como en tu mejor pico de forma tienes que parar, o que después de haber estado entrenando semanas o meses para cierta carrera, nos lesionamos justo antes, pero es en ese momento cuando debemos pensar que lo más importante es recuperarnos totalmente, aunque requiera algún tiempo.

Se puede sobrevivir sin correr durante una temporada; te lo aseguro. Las calles y los parques seguirán estando ahí para cuando puedas volver.

La paciencia es un don. Intenta no volver a correr antes de tiempo

En parte, esto es una consecuencia del anterior punto del “agobio”. Que levante la mano quién no haya cometido este error en alguna ocasión tras caer lesionado: en lugar de esperar a estar recuperados al 100% antes de volver a correr, en el momento que notamos una leve mejoría (y a veces ni incluso eso) volvemos a ponernos las zapatillas.

Nos puede el ansia y empezamos autoconvencernos con ideas del tipo:  “la lesión no es tan grave como parece”, “en realidad ya no me duele tanto”, “en cuanto caliente un poco el dolor desaparece”, “no pasa nada por correr con un poco de dolor”, etc… lo que nos lleva a, de forma irresponsable, correr antes de tiempo.

Al final, lo que nos puede pasar es que recaigamos o agravemos la lesión que teníamos, y lo que podría haber sido un simple parón de 1 o 2 semanas se convierte en 1 o 2 meses en el dique seco.

Aprovecha para disfrutar de otros deportes

Aunque lo normal en estos casos es ver el vaso medio vacío… también puedes verlo medio lleno e intentar sacar algo positivo de tu situación: puedes aprovechar tu periodo de lesión para probar otros deportes que tenías más olvidados, o que directamente nunca se te había pasado por la cabeza practicarlos (por supuesto, siempre y cuando tu lesión te lo permita). Nadar, montar en bici o ir al gimnasio son algunas de las muchas opciones que tienes a tu disposición.

Es una buena forma de que la espera se te haga más llevadera y de mantenerte activo para que cuando te recuperes, la vuelta a la carrera sea más sencilla. Además, lo mismo te acaba gustando y acabas incorporando alguno de esos otros deportes a tu actividad habitual (lo cual sería un acierto). ¿Es que no has oído hablar de los beneficios del entrenamiento cruzado?.