Figura runner

El running es un deporte sencillo, te pones unas zapatillas, una camiseta un pantalón de deporte.. y ya estás listo. Basicamente esto y tus piernas forman el equipamiento básico necesario para salir a correr. Puede ser a cualquier hora, puedes correr por cualquier sitio.. y puedes hacerlo solo, no te hace falta tener que depender de juntar a un grupo de gente que quiera hacerlo… más fácil imposible.

Los motivos de la gente para empezar a correr son variados: para hacer de deporte, para desestresarse, para evadirse y estar un rato pensando en sus cosas tranquilamente mientras escucha música, por temas de salud para intentar perder esos kilos de más, por una apuesta con un amigo… pero al final muchos acabamos convirtiéndolo en un hábito.

Los duros comienzos

Al principio cuesta, tanto desde el punto de vista físico (sobre todo si eso de hacer deporte no va contigo) como desde el punto de vista mental… más de uno se pregunta en esos primeros momentos ¿pero que hago aquí corriendo por la calle, con lo bien que estaría en casa?. Los primeros días acabas destrozado, con dolores y agujetas… y eso que solamente has trotado durante un rato; pero poco a poco vas viendo como con algo de constancia y fuerza de voluntad, tu forma va mejorando y cada vez vas aguantando más.

No pasa mucho tiempo hasta que empiezas a ver que tu sacrificio está dando sus frutos y que físicamente te sientes mejor. Esto te anima a continuar y a que las salidas sean cada vez más frecuentes y cada vez un poquito más largas. El running se está empezando a “apoderar” de tí.

Runner por dentro… y por fuera

Comprarte mallas, camisetas técnicas, cortavientos, zapatillas de running, pulsómetros, o cualquier otro tipo de gadget para runners empieza a convertirse en algo habitual… no vas a salir a correr con esas zapatillas viejas y esa camiseta que te dieron de regalo comprando una caja de galletas ¿verdad?. Aquí descubres que el running no es tan barato como podría parecer en un primer momento. Pero bueno, como dice el refrán: “sarna con gusto no pica”.

En tu armario y tus cajones comienzas a reservar un espacio dedicado a tu ropa de running, que crecerá todavía más en el momento en el que empiezas tu colección de camisetas de carreras.

Después de una temporada saliendo a correr de manera habitual, empiezas a sentir que ya no te basta con salir a correr por la mañana, o después del trabajo, o el fin de semana por el parque (muchas veces haciendo auténticos malabares para poder encajar el running dentro de tu apretada agenda) sino que ya te siente preparado para afrontar un reto mayor: una carrera popular.

El punto de no retorno

Ya sea porque tienes curiosidad y quieres ver que tal se da, porque un amigo tuyo te ha convencido, o simplemente por amor propio… la cuestión es que te apuntas a esa carrera de 5K o 10K que se celebra en tu ciudad, y que te abrirá las puertas un mundo nuevo.

Es en este momento cuando ya no hay vuelta atrás, esta carrera seguramente será la primera de muchas otras, “el running te ha atrapado de forma definitiva”, y ya no puedes escapar de él. Nada más acabar esta primera carrera, rebosante de orgullo por haber conseguido llegar a la meta y todavía con el subidón que te genera la “competición”, ya te pones a pensar en cual será la siguiente,… ya tienes una marca que quieres batir y te ha gustado sentir esa sensación de nerviosismo momentos antes de darse la salida. Quieres repetir, y tienes un nuevo reto: superarte a ti mismo.

Llegarán más carreras. Sabes que nunca ganarás, no eres un profesional, pero el orgullo que sientes cada vez que cruzas la meta es una satisfacción difícil de explicar a quienes no han vivido algo parecido

Incluso puede que llegue el momento en el que te sientas un incomprendido cuando tus amigos, familiares, novi@, marido, mujer, etc… te digan que estás obsesionado, que para que quieres tantas camisetas, que estás loco por levantarte un domingo a las 7 de la mañana para ir a una carrera, o por salir a correr con frio, o con calor, o por la noche, o con lluvia… pero a ti te da igual, ellos se lo pierden. El salir a correr compensa cualquier pequeño sacrificio que tengas que hacer.

Todo un mundo por explorar

Este proceso de “runnificación” que has ido experimentando y que te ha ido metiendo cada vez más dentro del mundillo, se habrá visto complementado con la búsqueda de información por internet leyendo webs, blogs profesionales sobre running, blogs de otros aficionados, páginas de carreras populares (cuyas fechas ya empiezas a tener controladas para planificarte a cuales irás) y hasta puede que le hayas echado un vistazo a alguna de las revistas especializadas que mensualmente se publican; hay todo un mar de información a tu alcance.

Has comenzado a poner a prueba eso de lo que lo no paras de leer que te puede ayudar a mejorar en tus entrenamientos: series, fartlek, cuestas, rodajes largos, ejercicios para fortalecer los músculos, estiramientos para corredores, consejos de alimentación… hay que ver la cantidad de cosas que descubres y de las que no tenías ni idea… incluso ya sabes las diferencias entre ¡¡pronador y supinador!!.. quién te lo iba a decir hace apenas unos meses.

Empiezas a conocer a otros runners, a participar en quedadas o entrenamientos organizados e incluso te piensas la posibilidad de unirte a algún club de corredores donde programan salidas en grupo. Llegarán épocas en las que por el motivo que sea no puedas salir a correr y lo echarás de menos. Te irás de vacaciones, y meterás tus zapatillas de running en la maleta… solo por si acaso.

¿Nuevos retos?

Según pasa el tiempo, puede que los 5K y 10K ya se queden cortos para ti y que seas uno de esos a los que le empiece a rondar por la cabeza la idea de pasarse a una distancia mayor… un medio maratón. Buscas algún plan de entrenamiento por internet y a lo mejor te decides a probar y claro… una vez llegado a este punto, ¿porque no dar un paso más y enfrentarse a un maratón?.

Bueno, en realidad este es un paso que no todo el mundo da, no hay nada malo en quedarse en carreras cortas, al fin y al cabo esto no es más que un hobby con el que disfrutas, y lo puedes hacer igual corriendo 10 kilómetros que 42… pero el gusanillo del medio maraton y el maratón siempre está presente. Quizás en el futuro te decidas, o quizás no; en realidad no importa porque mientras tanto seguirás disfrutando como un enano cada vez que salgas a correr.

Aquello que empezó un día como un “voy a correr un rato a ver que tal” se ha acabado convirtiendo en una parte más de tu vida, una pasión, algo a lo que estás enganchado, que te hace sentir bien y que ni puedes ni quieres dejar. Echas la vista atrás y recuerdas el momento en el que tu aventura en el running comenzó.. y te alegras de haberlo hecho.

Mírate y siéntete orgulloso de ti mismo, te has convertido en todo un runner “hecho y derecho”.

¡¡Enhorabuena!!