Soy corredor porque mis entrenamientos tienen nombres: series, fartlek, cuestas, carrera continua…. Hago rodajes largos y lentos y llevo un diario de mis entrenamientos y carreras. Mis entrenamientos están perfectamente definidos, aunque mis abdominales todavía no lo estén.
Soy corredor porque mis zapatillas de running son parte de mi equipamiento de entrenamiento, no un capricho que lleve por ir a la moda. La mejores zapatillas para mí son las que me hacen ser un mejor corredor. Elijo las que mejor se adaptan a mi mecánica de carrera, no las que mejor combinan con el resto de mi ropa.
Soy corredor porque tengo ropa que mejora la experiencia de correr permitiéndome hacerlo más cómodamente. Tengo camisetas técnicas, pantalones cortos, mallas, calcetines.. y se cuando, como y por qué debo usar cada una de ellas.
Soy corredor porque sé lo que supone esforzarse al máximo, y acepto el sacrificio. Se cuando estoy llegando a mis límites y por qué lo estoy haciendo. Sé que el aumento de la frecuencia respiratoria y que el corazón se me acelere, cosas que antes evitaba, son necesarias si quiero mejorar.
Soy corredor porque el frio, la lluvia o la nieve no son impedimentos para salir a correr; son una motivación más.
Soy corredor porque valoro y respeto mi cuerpo. Me susurra cuando cuando lo he forzado demasiado, y si decido a hacer caso a estos avisos, mi cuerpo no tendrá que gritar de dolor más tarde.
Soy corredor porque estoy dispuesto a ponerlo todo en juego. Sé que cada linea de llegada puede hacerme levantar el ánimo y pensar en nuevos retos o hundirme y hacerme sentir que no he estado a la altura, y sin embargo, quiero cruzar esa linea de meta a toda costa.
Soy corredor porque sé que aunque en todo momento ponga el 100% de mi parte, siempre me voy a exigir más a mí mismo. Quiero conocer cuales son mis límites para poder superarlos.
Soy corredor porque corro. No porque lo haga rápido. No porque llegue lejos.
Soy corredor porque lo digo yo. Y nadie puede decirme que no lo soy.
Vía: Runnergirl