La carrera perfecta

Alguno podría decir que para él, la carrera perfecta es aquella en la que consigue su mejor marca, o en la que sube al podio; es cierto, pero en este caso vamos a pensar en la carrera en si misma, independientemente de si hacemos buen o mal tiempo.

A medida que vas participando en carreras vas viendo los puntos fuertes y débiles de cada una de ellas. En unas sobresale el recorrido, otras tienen buen precio, otras destacan por su buena organización de la salida, etc… Imagina un mundo ideal y que todos esos puntos fuertes te los encuentras reunidos en una misma carrera, haciéndola “perfecta”… ¿como sería?

Recuerda que hablamos de un mundo ideal, que no es lo mismo que un “mundo de fantasía”… así que ten en cuenta que las características de nuestra carrera deben ser perfectamente viables.

Inscripción razonable (o como mínimo, no abusiva)

Aunque lo perfecto sería que las carreras fueran gratuitas, seamos serios: es lógico pagar una inscripción. Aceptamos el hecho de que la carrera tenga un coste, pero que sea un precio justo y comprensible. Ya sabes, que no acabemos la inscripción con la sensación de que nos ha costado un riñón.

Bolsa de corredor acorde al precio

Nos vale una bolsa de corredor en consonancia con el precio del dorsal; ni más ni menos. Está claro que por querer, querríamos camiseta de marca, regalos, productos de los patrocinadores, etc… (por pedir que no quede) pero somos conscientes de que todo no siempre es posible ya que no todas las carreras disponen de los mismos recursos.

Suficientes baños en la zona de salida

¿Te imaginas que no hubiera que hacer nada de cola para entrar en los baños que hay en la salida?

Bueno, a lo mejor el pedir que no haya que esperar nada de nada es demasiado. Somos realistas y nos conformamos con que el número de baños disponibles esté en proporción a la cantidad de corredores y que la cola avance rápido :-)

Salida dividida por cajones

Zonas correspondientes a cada cajón bien delimitadas y con control de los accesos a las mismas para que nadie se cuele donde no le corresponde. De esta forma la salida se produce de manera más ordenada, se reducen los empujones y tropezones típicos de los primeros metros y todos tan contentos.

Público animando durante el recorrido

En carreras cortas puede que no importe tanto, pero si hablamos de medio-maratones o sobre todo maratones, el que haya gente animando y dando ambiente siempre es un estímulo muy agradecido por los corredores. Así que en nuestra carrera también queremos público… y ruidoso.

Avituallamiento a mitad de carrera bien organizado

Las mesas con la bebida/fruta están distribuidas a ambos lados de la calle (no solamente en uno) y a lo largo de suficientes metros como para que los corredores tengan tiempo y espacio suficiente para poder acercarse con tranquilidad.

El recorrido es favorable

Si pensamos como debería ser el recorrido, este tendría que ser principalmente plano (tampoco vamos a quejarnos si hay algún tramo en descenso ¿verdad?), predominando las calles anchas de varios carriles donde se pueda correr libremente y sin agobios, puntos kilométricos bien visibles, los posibles cruces o desvíos que haya que estén bien señalizados para que nadie se equivoque… y si encima discurre por zonas bonitas y agradables a la vista, mejor que mejor (nada de tramos por aburridos y solitarios polígonos industriales)

Zona de meta amplia

Hemos sufrido durante la carrera y hemos llegado al final dándolo todo, así que se agradece que tras cruzar al meta haya espacio suficiente para que los corredores no se amontonen y puedan recuperarse e incluso estirar un poco. En otras palabras, que la zona de avituallamiento no esté “pegada” a la linea de meta.

Después nos merecemos agua, una bebida isotónica y algo de fruta para reponer fuerzas (bueno venga… y una medalla también, jeje); y si hay posibilidad de darse un pequeño masaje, ya lo bordamos.

 

Entre unas cosas y otras, al final nos ha quedado una carrera bien maja. ¿Qué te parece?, ¿es pedir demasiado?