Querido runner principiante

Querido runner principiante… sé que al principio cuesta; créeme, lo sé porque lo he vivido en mis propias carnes. Sales a correr y a los pocos minutos tienes que parar para andar y poder recuperar porque sientes que te falta el aire.

Te cruzas con otros corredores y puede que te veas como un bicho raro al compararte con ellos; es como si estuvieras fuera de lugar. En teoría hacéis lo mismo: correr, pero te miras a tí y les miras a ellos y te preguntas: ¿será que existen varios tipos de “running”?.

Mientras que ellos se desplazan de forma ágil y fluida, como acariciando el suelo con sus zapatillas, casi flotando, con piernas y brazos moviéndose en perfecta sintonía, manteniendo una postura perfecta… tú te ves torpe y arrítmico, golpeando el suelo en cada zancada como si tus zapatillas pesaran kilos, sin saber muy bien que hacer con los brazos y con la sensación de que en cualquier momento se te va a salir el corazón.

Querido runner principiante… no te preocupes, los inicios siempre son duros, pero es un peaje que hay que pagar. Todos hemos pasado por ello, pero te aseguro que pasará pronto. El primer paso ya está superado: has decidido empezar a correr, buena decisión; pero es el segundo paso el que será determinante: el no abandonar.

Necesitarás fuerza de voluntad, constancia, y para que negarlo… algo de sacrificio. Habrá veces que se te pasará por la cabeza dejarlo, pensarás “¿que necesidad tengo de pasarlo mal? o “correr es aburrido, es una pérdida de tiempo, lo dejo…

Poco a poco te irás pareciendo a esos otros corredores con los que te cruzas

Será solo una fase transitoria que acabará pasando rápidamente.

Porque al poco tiempo empezarás a ver que ya no te cansas tanto como antes, que cada día que pasa aguantas un poco más, que eres capaz de ir un poco más rápido y que después de correr te sientes mejor.

Querido runner principiante… antes de que te des cuenta, te sorprenderás al ver como esos pocos minutos de los primeros días tras los que acababas exhausto por el esfuerzo, se han convertido en media hora, 40 minutos, 50, una hora… sin parar, ¡y acabando con buena cara!

Te notarás más ágil, más fuerte, más resistente… y solo habrán pasado unos pocos meses. Verás que tu respiración va más controlada, que “los días después” son mucho más llevaderos y que prácticamente te has olvidado de lo que son las agujetas.

Puede que no te des cuenta, pero la realidad es que poco a poco te irás pareciendo cada vez más a esos otros corredores con los que te cruzas y que tomas como ejemplo a seguir; incluso puede que te conviertas en uno de ellos.

Querido runner principiante… todos fueron un día corredores principiantes como tú, y todos aquellos que consiguieron superar ese segundo paso han seguido un camino parecido al que recorrerás tú.

Y llegará el día en el que recordarás tus primeros días y te enorgullecerás de ti mismo al ver como has mejorado y lo que has conseguido. Ya no serás “principiante”.

Pero ese día no será el punto final del camino, ni mucho menos; solamente será el principio de muchos otros retos que tendrás por delante… porque lo que si te puedo asegurar, querido runner, es que ya no dejarás de correr.