Mantenerse hidratado es fundamental para el rendimiento en carrera y, más importante aún, para la prevención de problemas relacionados con el calor si estamos en verano. La deshidratación en los atletas pueden traer cosigo problemas como la fatiga, dolores de cabeza, disminución de la coordinación,calambres musculares, etc… . Todas estas consecuencias fisiológicas se traducen finalmente en una reducción de nuestro rendimiento.
Para hacernos una idea, un nivel de pérdida de peso corporal equivalente a un 2-3% supone un nivel de deshidratación a tener en cuenta, que puede afectar al rendimiento físico, y llegar incluso en casos más graves a poner en peligro la salud del deportista. Por esto debemos concienciarnos de la importancia de una adecuada hidratación antes, durante y después de las carreras (lo que es igualmente aplicable a la realización de cualquier ejercicio físico).
Una vez que somos conscientes de la importancia de la hidratación, también hay que tener en cuenta que es tan malo no beber suficiente como beber en exceso. La mayoría de las personas necesitan entre 500 – 800 ml de agua por hora durante el ejercicio. Beber menos de esa cantidad puede provocar la aparición de los primeros síntomas de deshidratación; pero beber más de esa cantidad nos puede llevar a la situación contraria: la hiponatremia de dilución o intoxicación de agua.
La hipanotremia aparece cuando en nuestro cuerpo se produce un desequilibrio en la proporción de líquido y electrolitos provocado por un descenso por debajo de los niveles normales de la concentración de sodio y otros minerales en la sangre.
Es decir, hay que beber en su justa medida. Ni se trata de esperar a beber hasta estar sedientos, ni de beber constantemente sin ningún control ya que tanto una cosa como otra nos puede acarrerar problemas físicos.
Para finalizar, y aunque la palabra “deshidratación” la asociamos de forma instintiva con el verano y el calor, es muy importante tener en cuenta que puede aparecer tanto en verano como en invierno. Aunque es cierto que en verano, y debido a las altas temperaturas, sudamos más por lo que las pérdidas de líquidos son mayores, en invierno la perdida de agua también se produce aunque lo notemos menos, por lo que sigue siendo necesario hidratarse de forma correcta.