Runner

Cuando empezamos a correr, y muchas veces llevados por un exceso de ganas y euforia, solemos cometer errores que van a provocar el efecto contrario a lo que pretendemos: nos van a perjudicar en nuestra progresión, y sobre todo nos hacen más proclives a caer lesionados o a sufrir problemas musculares. Si, ya se que al principio se coge con muchas ganas, pero las prisas nunca son buenas.

Estos son algunos de los errores que los corredor principiantes (y algunos no tan principiantes) suelen/solemos cometer más a menudo. La verdad es que todos tiene fácil solución, solo hay que tenerlos en cuenta y proponerse no cometerlos.

1) Correr todos los días

Hay mucha gente que cuando empieza a correr, y llevados por las ganas de mejorar rápidamente salen a correr todos los días. Como todo, esto requiere su tiempo. Si de buenas a primeras te pones a correr a diario, lo más probable es que acabes lesionado, que tu cuerpo no sea capaz de asimilar los entrenamientos… y que se te quiten las ganas de volver a intentarlo una vez que te recuperes.

No hay ninguna prisa; lo ideal es tomárselo con calma e ir poco a poco, sobre todo si no estás acostumbrado a hacer deporte. Deja que tu cuerpo y tus piernas sobre todo, vayan asimilando de forma gradual tus entrenamientos y verás como vas a ir notando como progresas. Cuando ya lleves un tiempo, ya tendrás la oportunidad de aumentar tus entrenamientos tanto en frecuencia como en intensidad, pero ahora estás empezando así que mejor ir poco a poco.

Todos los que corren de manera habitual saben que el running engancha, y que tras unos días sin correr parece que nos falta algo, pero el descanso también es una parte importante del entrenamiento.

2) No ser constante

Si antes hablaba del error de empezar a correr todos los días, también está el caso opuesto, que es el de aquellos que lo que hacen es salir a correr de forma esporádica, sin mantener una mínima rutina de entrenamientos. Es cierto que hay que empezar despacio, pero si solo corres de forma ocasional, sin tener un mínimo de constancia, no vas a mejorar y lo más probable es que acabes por dejarlo al ver que no avanzas.

Como se suele decir, la virtud está en el término medio, ni pasarse ni quedarse corto. Ni ponerse de golpe a correr a diario, ni hacerlo una vez cada 15 días. Empezar saliendo a correr un par de días a la semana, dejando días de descanso entre ellos, suele ser la opción más acertada.

3) No calentar antes… ni estirar después

Cualquier persona que practica algún deporte, el que sea, sabe de la importancia de los calentamientos y estiramientos a la hora de prevenir lesiones y problemas musculares. En el running no es diferente, y ya sea por lo apretado de nuestras agendas que casi no nos deja tiempo disponible o por la impaciencia por empezar a correr ya mismo, lleva a muchos a saltárselos y a no darles la importancia que realmente tienen.

Lo que te tienes que quitar de la cabeza es la equivocada idea de que calentar y estirar es “desperdiciar el tiempo”; todo lo contrario. Dedicar unos minutos a calentar antes de correr y realizar unos estiramientos al acabar no te va a quitar demasiado tiempo, y en cambio te va a ayudar a que tus músculos se preparen para el esfuerzo, y posteriormente se recuperen. Todo es cuestión de habituarte a incluirlos en tu rutina de entrenamiento desde un principio, de forma que cojas la costumbre de hacerlos. Tu cuerpo te lo va a agradecer.

Y que conste, que estos errores no solamente los comenten los principiantes. ¡¡Que levante la mano el que no se haya saltado alguna vez los estiramientos después de correr!!.. vale, ya podéis bajarlas :-)

4) Correr lesionado

Otro error típico que nuevamente se produce porque las ganas de salir a correr pueden más que el sentido común, y aún estando lesionados (o no totalmente recuperados de una lesión) salimos a hacer unos kilómetros.

Cuando ya has cometido este error en alguna ocasión y has visto que esa imprudencia te ha costado caro (recaida en la misma lesión, una nueva lesión, etc…), la siguiente vez que te pasa te lo piensas dos veces; pero si estás empezando a correr, el “temor” a perder entrenamientos y pensar que el parar durante unos días va a suponer un parón en tus progresos, esos que tanto te están costando conseguir, te puede hacer cometer el error.

Si sientes dolor, para… unos cuantos días de descanso no te van a venir mal. Además, seguramente mientras tanto puedes hacer otro tipo de deporte (montar en bici, nadar, …) si tanto te preocupa el “perder la forma”.

5) No darle la suficiente importancia a las zapatillas

En el running, como en todos los deportes, existe equipamiento y ropa específica, así que lo lógico sería que si vas a empezar a correr de forma habitual, te equiparas de forma adecuada…. pero siempre siguiendo un regla fundamental: primero las zapatillas, luego lo demás.

Si hay un elemento importante en la indumentaria de un corredor son las zapatillas. El resto es accesorio: camisetas técnicas, mallas, cortavientos, pulsómetros, etc…, si puedes permitírtelo, perfecto, si no, no pasa nada…. vas a poder vivir sin nada de esto.

La impaciencia suele ser el principal error del corredor novato. Para mejorar hay que ir poco a poco.

Es curioso ver como hay personas que deciden iniciarse en el mundillo del running, y que lo primero que dicen es: ‘ como voy a empezar a correr tengo que comprarme un pulsómetro ‘. ¡Error! Y es que encima no se han fijado en un reloj modesto, no.. se quieren gastar un pastón en un super reloj deportivo con pulsómetro, gps y tropecientas funcionalidades (de las que a lo mejor acaban usando cuatro) y en cambio prefieren aprovechar esas zapatillas viejas que han pillado por casa y que compraron para jugar al tenis.

Si eres uno de ellos, mejor empieza comprándote unas zapatillas de running que se adapten a tus características, que sean adecuadas para tu peso, tipo de pisada, etc… Hay montones en el mercado, y aunque es verdad que algunas son muy caras, también las puedes encontrar a precios asequibles, así que el precio no puede servirte como excusa. Se trata de aplicar la lógica: si has decido empezar a correr, utiliza unas zapatillas hechas para correr… te vas a ahorrar mas de una lesión.

Si en algún momento dudas entre invertir en unas zapatillas o en un reloj deportivo (por ejemplo), esto puede servirte de ayuda: correr sin unas zapatillas adecuadas puede provocarte una lesión, mientras que correr sin reloj deportivo puede hacer que… te quedes sin saber cuantas calorías has quemado; vamos, creo que la elección correcta está clara.

6) No esperar a tener una buena base física antes de probar otro tipo de entrenamientos

Existen muchos tipos de entrenamientos que se pueden hacer: rodajes, series, cuestas, fartlek, intervalos, etc… pero entre todos, uno de ellos es básico si estás empezando a correr: los rodajes. Olvídate del resto de momento y céntrate en conseguir una buena base aeróbica.

Al empezar, tu objetivo principal debería ser el de mejorar tu fondo físico, y eso se consigue haciendo kilómetros. Verás como poco a poco vas aguantando cada vez más. Una vez que esto esté conseguido ya habrá tiempo para empezar a trabajar otros aspectos haciendo entrenamientos más específicos.

Lo que no puede ser es pretender hacer ese entrenamiento de series que hemos encontrado por internet si a duras penas aguantamos 20 minutos trotando. Nuevamente, la paciencia es la clave.

7) No entrenar el resto del cuerpo

El que las piernas sean el “elemento” principal a la hora de correr no significa que te tengas que olvidar de entrenar el resto del cuerpo. Muchas veces esto se pasa por alto y la gente piensa se centra únicamente en correr y correr sin tener en cuenta que complementar la carrera con trabajo del tren superior va a ser de ayuda para compensar nuestro cuerpo y mantener una buena postura al correr.

Unos abdominales y lumbares fuertes nos van a evitar futuros problemas musculares, haciendo que la espalda se mantenga en una postura correcta y mejorando la musculatura que interviene a la hora de fijar las caderas en cada zancada